Tú sabes que amas,
tú sabes que puedes,
respiras, respondes.
Me miras.

Esperando la respuesta.

Viendo el atardecer.

Tú sabes que fuiste
y traicionaste.

Comiste y bebiste.

Incluso pecastes.

Mas hoy no tiene sentido
el amar a Raquel,
ángel de la madrugada.

Como ya no cabe nada.

A.J. Arroyo.